11 agosto 2015

A VECES HAY UNOS DIAS…

 A veces hay unos días…
 Desde que te levantas, pareces tener imán
 para atraer cosas adversas y aspectos
 no positivos, como si fueras la aguja
 del pajar que nadie encuentra y sintiéndote
 ser un verdadero extraño dentro de ti.

 Transcurre el tiempo y parece como si
 se matizara de tristeza y te rodearan las
 soledades junto a los silencios
 y acabas por sentirte mal del todo.

 Impregnado de esas sensaciones,
 al fin la tarde se deslizó vacía y así quedaron
 la noche y la oscuridad, suspendidas
 en ese mismo tiempo,
 con mi cuerpo sólo lleno de existencia.

Marcelino Menéndez González

30 junio 2015

ARMONÍA EXISTENCIAL


 Como quisiera que surgiera dentro de mi
  un sentimiento nuevo de intensidad tal,
  que fuera capaz de alcanzar hacerme sentir,
  el nacer de lo más intenso de la armonía
  en todos y cada uno de sus ámbitos.

  Y con esa posesión, compartirla en todo
  lo que me rodea y me acompaña,
  para intentar conseguir una especial sensación
  de vivir, con la transparencia más grata y sana,
  de la amistad y el amor.

  Serían como vibraciones de una energía vital
  dentro de una vivencia existencial.


Marcelino Menéndez González

06 mayo 2015

EL COLUMPIO DE LAS PALABRAS

 Queriendo llenar mi espacio de razones
 y viendo todo a través del tibio cristal
 de la senectud, hallar en y con ellas,
 la armonía y el equilibrio, y lograr estar
 en el sendero de la estabilidad mental
 y emocional, que siento me son necesarias.

 Pienso y percibo, que todo en la vida es y debe ser,
 un constante aprendizaje y también,
 que la vida es ahora mismo y quiero seguir viviendo,
 abrazado de tranquilidad, pausado, sereno y
 con la capacidad de seguir escribiendo y al hacerlo,
 continuar trasladando al papel, las palabras que
 surjan de mi interior y con ello encuentre
 el concepto exacto de mi sentir y con el que intento
 expresarme y que abarque todo el columpio
 de la caricia humana y de lo sutil de la delicadeza
 con la que quiero crearlas-
  
 Hallar la realidad de hoy, con el matiz de la belleza
 plena, de lunas de mar y de rocío en el amanecer.


Marcelino Menéndez González

28 abril 2015


Como la percepción de un estímulo y sin que tuviera conciencia de ello,
 -como algo subliminal- he logrado romper con el lazo que me unía a
 muchas cosas y siento con ello, una liberación mental que me produce
 una sensación de descanso intenso.

 En el mismo sentido, he tenido que aprender a crear, una armonía entre
 disparidades y conceptos, para establecer una renovación total y conseguir
 así una mejor relación con lo que me rodea.

 Es, a mi manera, como si de repente intentara realizar lo imposible, dentro
 de lo posible, como si fuera una luminosidad que me ha llegado, aclarándome
 las ideas y los sentimientos.


 Marcelino Menéndez.

06 abril 2015

¿QUIEN LO SABE?


Cuando la música atrapada entre sus notas
 se libera y se convierte en melodía verbal,
 las palabras se conjugan en versos y poemas
 haciendo una sonoridad especial,
 que no se puede resumir, ya que conlleva
 incorporados emociones y sentimientos
 tan sensibles, cuya delicadeza goza
 de una fragilidad sobrenatural.

 Se vuelve entonces, una combinación
 de sentido y sonido al que fluyen sensaciones,
 pensamientos, ideas, armonía, esencia,
 y musicalidad, capaces de crear,
 todos los recursos del espíritu y cuyos dones
 recibidos con este regalo, no se pueden despreciar.

 ¿Se habrá consumado quizá la realización
 de nuestra musa, en las palabras de un poema?

Marcelino Menéndez González

07 marzo 2015

SIN FINAL


Cuanta tranquilidad de infinito silencio
 en la que me dejo llevar…
 Y de repente siento que desde lo lejos,
 surge una especial melodía que lo interrumpe
 y ese grato sonido se acerca y me acerca,
 a sentir emociones distintas y nuevas,
 que me proyectan a espacios increíbles
 donde se magnifica el logro de lo soñado.

 Son emociones intensas que fluyen,
 con una fuerza de dulzura y de remanso capaces,
 de alcanzar la espiritualidad humana más indescriptible;
 y en ella me deslizo, así, sin más, sin final,
 suavemente…y entonces vivo y siento
 cómo va naciendo ese “algo” dentro de mí. 

Marcelino Menéndez González

21 febrero 2015

ME SIENTO VIEJO.

 Estoy viviendo una etapa de cansancio
 que me acompaña incesante;
 mis huesos se van rindiendo, buscando
 y añorando el descanso.

 Me siento viejo de mi mismo y me pregunto
 si a veces se envejece más allá de la vejez;
 pero no hay lágrimas; oigo eso si cada vez más
 el silencio y sólo recobro fuerza al recordar
 los sonidos de mi infancia que descienden
 ante mí y veo abismos con una profundidad enorme,
 a la que me asomo al borde, -sin llegar al final-
 donde percibo rostros sin proyectar sombra,
 en el espacio vacío de los espejos, y
 en el que ya no existirá hora, ni tiempo
 y donde todo quedará extraviado en la eternidad.

 Busco entonces la serenidad, huyendo del miedo
 a la posible realidad de la propia desaparición
 y entonces pienso y siento que la vida continúa
 y lo hará en seguimiento del tiempo, con la abeja
 melificando en su colmena, las serpientes cambiando
 de camisa, las ranas y sapos croando en los arroyuelos
 y charcas, las arañas tejiendo sus caminos de seda
 y los pájaros en sus nidos contemplando,
 como la luna sigue iluminando el azul dormido.

Marcelino Menéndez González


05 febrero 2015

PREGÚNTASELO A TU YO.

 Cuando el silencio se oye,
 surge una extraña quietud;
 es entonces, cuando lentamente
 emana un camino de invisibles reflexiones,
 como algo inesperado que te permitirá
 atravesar la realidad, empujando a través
 de cualquier oscuridad que te lo impida
 y, cuando exista el momento adecuado,
 cruzarás ese río que yace ante ti y su voz,
 te llevará hacia un lugar que vive ahí, dentro,
 donde escucharás la respuesta y con ella,
 hallarás la razón de una nueva existencia.

Marcelino Menéndez González


04 enero 2015

MI LUNA

 Reviví la sensación de infancia en mí,
 al recordar que insistente pedía,
 que me colgaran la luna en el cielo
 para que permaneciera siempre ahí.

 Con el transcurrir del tiempo esa luna,
 se me descolgó muchas veces
 encima de ilusiones, anhelos y sueños;
 aunque otras tantas pude volver a colgarla,
 donde siempre deseé contemplarla.

 Y a pesar de todo, seguiré afirmando
 que la infancia, continuará existiendo
 sempiterna en el pensamiento y el corazón,
 mientras sea capaz de seguir abrazando,
 la misma sensación de ver mi luna
 colgando, iluminando también con su luz
 mi propio interior.

Marcelino Menéndez González