Cuando hay sólo tiempo hecho recuerdo,
cuando la vida enseña su oscuridad y su fatiga
y asoma la ansiedad en la mirada,
lo que veo es lo invisible del origen
del presentimiento, con un silencio que estremece.
¿Alguien habla del excremento del nido?,
¿y de la erosión y la temperatura de la piedra?,
¿y el ancla de un inesperado naufragio?,
¿y de la huida del arrebol cuando llega la oscuridad?
Y no hay manera de ir donde no hay nadie,
aunque sé que voy caminando fuera del camino,
quizá siguiendo las huellas del error queriendo
sostener, la serenidad y la inocencia y anhelando
suspirar, donde ya no hay aire...y viendo que sólo queda,
el cauce arenoso del arroyo seco,
con el rumor de los chopos al atardecer....
cuando la vida enseña su oscuridad y su fatiga
y asoma la ansiedad en la mirada,
lo que veo es lo invisible del origen
del presentimiento, con un silencio que estremece.
¿Alguien habla del excremento del nido?,
¿y de la erosión y la temperatura de la piedra?,
¿y el ancla de un inesperado naufragio?,
¿y de la huida del arrebol cuando llega la oscuridad?
Y no hay manera de ir donde no hay nadie,
aunque sé que voy caminando fuera del camino,
quizá siguiendo las huellas del error queriendo
sostener, la serenidad y la inocencia y anhelando
suspirar, donde ya no hay aire...y viendo que sólo queda,
el cauce arenoso del arroyo seco,
con el rumor de los chopos al atardecer....
Marcelino Menéndez González
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