05 mayo 2009

RAMA VACÍA



Una rama vacía, cicatrizada y desnuda,
sólo con el abrigo celeste y sin tener
adonde huir, en busca de alivio
ante la indiferencia y el frío y que apenas
encuentra cobijo, con el tenue calor del alba.

En esa lucha de mantener su turgencia
y no dejando de libar por sus vénulas
y artéridas la savia de sus tejidos vegetales,
para poder subsistir...

Rama deshojada, sin nido, ni pájaros, ni trinos;
estática, solitaria, aletargada y silenciosa,
sólo a la espera del reverdecer y viendo cómo
transcurren el tiempo, la noche y el amanecer...

Marcelino Menéndez González

No hay comentarios:

Publicar un comentario