29 octubre 2008

VOLUNTAD

Cuando las sombras invaden nuestro día
con un mundo de ausencias y penas,
es necesario encontrar un lugar
donde la escena sea la luz,
y transmutar energías negativas en positivas
con auto confianza, equilibrio y tranquilidad
y con ello recrear la energía y recuperar
el entusiasmo.

Con esa auto estima, hacer cambiar
los aspectos, las formas, los tonos y hasta
el color de circunstancias adversas,
y proyectarlas a la cúspide de una pirámide
de luz y recoger, nuevos momentos del tiempo
sin esperar, como si las cosas tuvieran
que aguardar su turno, hasta el momento
de surgir.

Restaurar la conciencia y hacer un juicio
de la razón, por el cual se reconozca el valor
de las cosas y su justa medida, y no depender
de lo frágil de un hilo que una las frases
del vacío, restañando un nuevo mundo de sueños
con la curva anaranjada de un fresco sol...

Marcelino Menéndez González

TAMBIÉN EN LOS JARDINES ANOCHECE

Una música suave...
la tarde quieta, tranquila
y el ánimo sereno;
emana una sensación de estar receptivo
a cualquier vibración emocional
que pueda surgir y mientras, se acerca
una ligera brisa grata y refrescante
que acaricia y trae consigo, un aroma
delicado de inspiración y, con su fragancia,
cierro los ojos y sueño...

Me siento volar hacia distancias
insospechadas, de añoranzas felices y únicas,
y a su encuentro, me hallo ante una laxitud
incomparable en la que flaquea mi cuerpo,
y me relaja de forma absoluta para captar
y absorber a través de mil poros abiertos,
ese momento especial transformado en vida
que me invade y se apodera de mí, con sensaciones
en las que desfallezco y me entrego colmado
de satisfacción mental y espiritual.

Todo transcurre plácido, tranquilo y tenue...
pero lentamente va siendo invadido por las sombras,
hasta que un suspiro profundo con los dientes
entrecerrados me despierta y de repente
desaparece; es cuando pienso que, también
en los más bellos jardines anochece...

Marcelino Menéndez González

QUIERO DEJARME SER VIEJO

Analizar los límites de lo incierto
es algo que cada vez hago menos;
lo que si tengo claro, es el realismo
de la vejez con el arte de la reflexión
y la experiencia de los fracasos,
aunque sigo encontrando en ese movimiento
pendular, respuestas diferentes a las mismas
preguntas.

Quiero dejarme ser viejo y con la plasticidad
cognitiva de la vejez, ya que es algo maravilloso,
si es digna y con salud pero eso sí,
sin dejar de ser fiel a mí mismo y sintiéndome
agradable en la auto estima.

Seguir con el ánimo despierto en ese continuo
rastreo para encontrar mi real forma de
expresarme, sin etiquetas y con sencillez y no
dejar de pasearme por las tardes-noches, oliendo
la tierra mojada, el galán de noche y el jazmín.

Proceder con la conciencia tranquila, como
acto generador y continuado, siempre en esa
búsqueda de lo simple y de la ingenua ternura,
y hallar por fin, la esencia vital que culmina
con su final.

Marcelino Menéndez González

EL ESCENARIO

En el escenario de la memoria
se respira con un aliento lejano,
tratando de recuperar la magia
de la autenticidad, para capturar
aquella belleza de lo sencillo
y llenarla de esperanza...

Quisimos vivir de lo simple, pero
olvidamos el arte, la delicadeza,
y la grandeza de su belleza temprana
pensando que en ello podía estar todo,
y vimos que no fue así, ya que creamos
lo complejo, lo difícil y lo complicado.

Todo pudo permanecer inmutable, como
cosas y momentos que nunca se olvidan,
como una mirada que jamás se repite
y la tuya así lo fue, una luz pura plena
de dulzura reflejándose en mí y, aunque
el tiempo transcurrió como frío afilado
y terrible de un cierzo invernal, al final
no encontré sitio donde volver, pues estuve
siempre de paso y en donde todo se fue
quedando tan lejos, distancia, tan lejos,
recordando aún la impotencia de rodillas
temblorosas...

Y hoy, vivo sin mí, sin ti, sin nada...

Marcelino Menéndez González

05 octubre 2008

PREÁMBULOS

Cuando silenciosa yace la noche
y puedo serenar lo emocional
dentro del campo de energía de mi cuerpo,
llego a percatarme que no importa
el movimiento de oscilación de las cosas
y los sucesos, pero el ritmo sí, y suele ser
la compensación y respuesta que buscas,
ya que los colores, las densidades
y las formas, sólo son apariciones ocasionales.

Y entonces percibo lo simple, lo simple
que no tiene partes y si no hay partes,
no hay extensión, ni figura, ni divisibilidad,
y me apoyo en la experiencia y en la
observación, ¡vaya! en lo empírico,

Aún despierto y con los ojos cerrados,
desvío mi pensamiento y quiero entonces
hurtar inspiración al infinito, disfrazándome
de poeta y vivo mi cama vacía en busca
de un último verso, que no llega.

Al final cojo un ramo al azar de mi mismo,
y lo arrojo para que caiga donde sea y espero,
a que me despierte mi espíritu tras iniciar
ese viaje de los sueños...

Marcelino Menéndez González

LO SIMPLE

Se desliza en mi entorno una suave brisa
y el momento se hace agradable,
y siento que estoy a gusto al descubrir
matices imprevistos y llenos de esencia.

Pienso que lo sencillo no adolece de pobreza;
es fácil de hacer, natural, sin complicaciones,
simple y sin embargo eh ahí, su importancia
y su valor para no tornarse complejo.

Diría que lo difícil es conseguirlo sintiéndolo,
palpándolo, viviéndolo y expresándolo
como ser humano, con actitudes y gestos
exentos de artificio y carentes de adorno;
quizá es con ello como nacen valores
inescrutables, que marcan diferencias y conceptos.

En fin, quisiera poder llegar a vivir así
dentro de lo natural, lejos de lo material
para descubrir valores ignorados y cultivarlos
para mi venero personal.

Marcelino Menéndez González

VISLUMBRAR

Llega el fin del día
y la noche tiene su propia música;
no siempre el tiempo necesita la nostalgia
que nos hace meditar, viendo el agua
de los puertos en la que se refleja la luz,
meciéndose al compás de ondas tranquilas,
que parecen idear formas y crear figuras.

En todo hay algo que cambia y algo
que permanece y a veces, muchas veces,
ni siquiera nos percatamos de ello.

Y así, pasa la vida...
y continuamos, perdiéndonos cada noche
de contemplar los miles de luces que existen
en el cielo y ese vislumbre fugaz del paraíso...

Marcelino Menéndez González

CAMINOS, VEREDAS Y SENDAS

¿Cómo se empieza a construir un nido
desde la primera rama?,
si bien la luz determina la estructura de un lugar,
la vida nos depara también, caminos oscuros
y caminos sin prisa, como veredas de viento
y sendas de arena...pero, ¿ adónde conducen
los caminos?, ¿donde van y donde irán?.

Sin embargo todo mantiene su esencia que hace,
que una cosa sea, lo que es, en lo inminente
inteligible en cualquier realidad y existencia,
-como el nido y el camino-.

Ese camino que a veces se hace inescrutable,
pero que tenemos que andar y, habiéndolo hecho,
aprender a dejar ir, desprender y soltar lo sucedido,
y que ya no se puede cambiar, aunque
volvamos sobre nuestros pasos...; hay que seguir adelante,
y no perder el control de la esperanza, para
continuar disfrutando cosas como la gloria del otoño
con sus ocres y dorados tan diversos y bellos,
o del cómo se adornan los pénsiles, con el hermoso
color de las mariposas en movimiento primaveral,
o a veces el sólo hecho de conocer a alguien hace
que algo cambie en ti.

¿Lo llamaríamos entonces por-venir?...

Marcelino Menéndez González

21 septiembre 2008

¿QUIÉN ERES?

Ni yo huyo del tiempo
ni él me persigue, sólo sé
que atardecía y... no puse impedimento
alguno y me dejé habitar...

¿Quién eres?
¿eres el que me despierta?,
¿el que me habla en silencio?,
¿el que me acompaña?
¿el que a veces me riñe?,
¿eres el que vive en mí y me dice
que las cosas hablan entre ellas?,
¿acaso el que siento cuando más lo necesito?,

¿Quién eres?...
¿fuerza, esencia, luz, mónada,
quién eres?.

Y si permaneces inefable, intangible, infinito,
¿qué eres?
¿la percepción, la reflexión, la conciencia?...

Marcelino Menéndez González

UN MOMENTO

Como resbaladizo ingrediente de ansiedad,
busco el momento; el momento
y qué es lo que lo rodea, en un espesor
de sensaciones...

Como si fuera un silencio rasgado en
la oscuridad o como ruidos sin luz, formando
el azar que urde sombras, ante
el tejido del tiempo; como algo que
se estuviera deviniendo a pesar de
mis convicciones de magnitudes absolutas,
como la de que el cielo siempre está
en su lugar y no puedes perderlo.

Pero el momento continúa intangible,
vacío, infinito entre espacio y lejanía
esperando ser realizado...y llenarse de vida.

Marcelino Menéndez González

MÓNADA

Me gustaría viajar en lo astral
en medio de su ingravidez infinita,
sin distancias ni límites en ese espacio
incoloro y eterno, convertido en
el punto de luz de una mónada.

Como energía simple de percepción,
con la reflexión y la conciencia diáfanas,
de un acto generador de materia
acaecida en el tiempo...

Sería entonces ¿un alma?...

Marcelino Menéndez González

ENERGÍA EMOCIONAL


Estoy habitando una serie de sensaciones
en mi interior, que me trasladan
a emociones de diversa intensidad.

Quiero definirlas pero son amorfas,
sin bordes, sin estructura ni figura, aunque
poseen su lugar plenas de esencia y fuerza,
y me hacen vivir de distinta manera,
como materia de percepción de un proceder
activo, y como acto generador de decisiones
cargadas de sentido.

Se vinculan entre mente y realidad en forma
recíproca y vibran, y surgen rodeadas
de constancia y se desplazan en ese espacio interno,
capaces de significar su razón de existir
y su consecuencia, a través de reacciones positivas
que me llevan de forma paulatina, al conocimiento
de mi propio centro de energía emocional...

Marcelino Menéndez González

24 agosto 2008

UN INSTANTE DE INSPIRACIÓN

Desposeídas de su aureola de lo inefable,
unas cuantas emociones quisieron erigirse
en sensaciones e invadieron para ello,
el espacio de un instante de inspiración.

Se introdujeron en él, moviéndose inquietas
como reflejos de luz iluminando sombras,
eludiendo la impaciencia de la prisa,
y se manifestaron como un manantial de vibraciones
de agua pura y cristalina, con los chasquidos
de su alegría por vivir, ocupando
la estancia incesante de ese breve tiempo,
convirtiéndola en una fuente de vida,
serena, tranquila y bella.

Marcelino Menéndez González

SOMBRA PENSATIVA

Con un leve contorno de claridad,
iba asomándose el amanecer
en el horizonte...

Absorto lo contemplaba como una invocación
en mi portal solitario, tratando de absorber
sus más bellos matices naturales.

Y con tu soledad en la mía, evoqué
los recuerdos, de aquellos momentos
que tanto disfrutamos y que hoy
sólo son melancolía.
Fui tuyo, fuiste mía, en una entrega
de plenitud de amor y fantasía,
en la que sólo nuestro mundo existía.

Hoy, sólo oscila el pasado balanceándose
en una constante sombra pensativa y,
según transcurre el tiempo, se agiganta
insondable e infinita...

Marcelino Menéndez González

SABIDURIA SIN SOMBRA

Leyendo las páginas del tiempo,
se tejen las hebras de la vida
en una urdimbre de matices diversos;
a veces en medio de una oscuridad eterna
surgiendo sólo luces fantasmales
y con la decepción hecha añicos,
como sombra agazapada sin la percepción
de un estímulo y sin conciencia de existir.

Y con sabiduría sin sombra, aprender
a reconducir el camino del pensamiento,
hacia tiempos sutiles, leyendo que llegan
atisbos felices y no permanecer, -como la castaña
escondida en la corteza de su erizo-,
aguardando la gran felicidad, sino vivir intensamente
las pequeñas alegrías, armonizándolas
como luces crepusculares, iluminando los alcores...

Marcelino Menéndez González

PROPÓSITOS


Por el camino de las horas vacías
en días vestidos de otro tiempo,
y sin separar la sombra del perfil,
encontré palabras escondidas por la prisa
y contemplé espejos que miran
y nos devuelven las imágenes que les damos,
alentando los ritmos del pasado.

Sin embargo, despierto ya de esa impaciencia
dormida, penetro bajo la piel de las cosas
en busca de su esencia y ya que hay vida
antes de la muerte, quiero vivirla, y quizá
perderme en mi propósito cerrando capítulos,
cerrando círculos, cerrando puertas,
-lo importante es poder cerrarlas- sabiendo eso sí,
cuando se acaba cada etapa de la vida y no
permanecer en ella mas allá del tiempo necesario.

¿Posibilidades de regreso?...a qué.
Marcelino Menéndez González

ELUCUBRACIONES


Lo tierno, lo tibio, lo tenue
de una mirada...

Lo trémulo, lo trivial, lo triste
de una sonrisa...

Como un gesto sin razón,
un gesto y...un nombre...

Y sólo con cierta perplejidad,
que no llega al asombro
me quedé esperando,
con imágenes color pastel
y la música de un vals...

Y como todas las cosas
en camino a alguna parte,
sin preguntar el ¡porqué!;
sabiendo eso sí, que a veces el reflejo
equivoca el color...

Al final todo quedó, como espejo astillado
en el suelo de los días.

Marcelino Menéndez González

CUANDO EL ATARDECER

Cuando el atardecer cobija gorriones,
cuando mi campo llora la
ausencia de espigas y lo invade
el frío y el hondo latido del silencio,
puedes si quieres, encontrarme ahí
en ese camino que une las distancias.

Y yo, acariciando la tierra
donde dejaré mis huellas
por si tú las recoges, estaré en el perfil
de una orilla ...esperando y latiendo
en soledad, donde el camino está
mientras la tarde cayendo va...

Marcelino Menéndez González

13 julio 2008

LA ESPERANZA


Quise poder contemplar
cómo se mantiene la esperanza,
suspendida en los intentos
ante los embates lacerantes
que pretenden romperla,
y quise ver cómo los propósitos
por evitarlo se agrupaban,
constriñendo los espacios
para que en ellos no cupiera
la duda o el desconcierto.

Sin embargo, el viento se llevó
en su giro muchos de mis
pensamientos y me dejó
confuso, vacilante y callado;
me temo que desde entonces,
en la lejanía arde como un faro
la inquietud, aunque el fondo de las
palabras, lo ocupa la prudencia.

Marcelino Menéndez González

VIBRACIONES


Surcan por mi mente
ideas con una explosiva energía
por hacerlas realidad,
y que me acercarían a conseguirlas
si encontrara las respuestas,
que no hallo.

Es como el polvo, que no se ve
hasta que aparece al contraste
con la luz.

Voy sembrando los ámbitos
de la imaginación, de palabras
rompiendo el silencio de mis versos,
y sólo consigo un ligero murmullo
que se escurre y se quiebra
en lo profundo de las distancias,
los espacios y el tiempo...

Y, en el que me queda,
no puedo evitar que lo ocupe
lo que he dejado atrás,
ante ese exiguo futuro que se disipa
y languidece poco a poco,
y no se interrumpe ni se detiene y voy
deslizándome con él, aunque quisiera hacerlo
imaginando cómo la luna,
reflejando su luz hace caminos en el mar,
y pasear en ellos sintiendo las vibraciones
de la música de un pájaro azul...

Marcelino Menéndez González

SIN LÍMITES


A veces vivo la sensación
de que algo se mueve en mi derredor;
quizá fue un pensamiento mudo
cruzando la barrera de lo inefable,
o quizá lo que no ha sido
o lo que nunca fue...
o lo inefable de la dulzura de tu serenidad...

Y al caer la noche, con el último brillo
de una gota de agua donde crece la sombra,
no sé porqué, todo se volvió triste,
¡hasta la tristeza!...

Marcelino Menéndez González

SI YO PUDIERA SABER

Si yo pudiera saber
que mi ausencia no provoca reproche,
dolor o amargura, mi distancia
sería más llevadera.

Permanezco en mi habitación,
lugar de paredes iguales entre
el vacío de sus aristas, que ahogan
luces de silenciosa soledad
esperando el ayer...

Junto a la almohada callada, fría
e imperturbable, hundida
por el peso de los recuerdos y la caricia
de mi mano dormida, que despierta
y habita en tu búsqueda y solo encuentra
el vacío de tu ausencia llenando
los espacios de la añoranza, de aquel
tiempo vivido.

Marcelino Menéndez González

MEDITO


Medito y aprecio que llegan los atisbos,
algunos indecisos y difusos, con el riesgo
de perder la estabilidad de lo sensato,
pues, a veces, siempre que conseguimos
parar nuestro diálogo interior, algo
extraordinario sucede en nuestras vidas
y descubrimos cosas que jamás pensamos;
y me deslizo en el abismo de los deseos
con la idea de escapar de todos los anclajes
y sujeciones ajenas que me impidan
descubrir en su punto el equilibrio.

Lo difícil, sin duda, es alcanzar ese silencio
interno, consiguiendo detener el flujo inútil
de reflexiones, que no nos conducen
a ninguna parte, cercados por la eternidad,
pero sabiendo, eso sí, usar la energía
en favor de uno mismo y conocer sus limitaciones
y sus posibilidades.

Y en la búsqueda de algo todavía no encontrado,
aunque lo haya buscado con diligencia
durante largos años, dejarme deslizar silente
con leves pisadas inaudibles y saber
cómo irrumpir ascendiendo en el pináculo
de la suma de la verdad,
donde no hay fallas ni vacío y donde todo
sin excepción, es cierto.

Marcelino Menéndez González

CUANDO EN LOS ÁRBOLES


Cuando en los árboles las ramas
flexibles se agitan con la suave brisa
y veo el rápido cambio de la luz a la sombra,
de las glaucas hojas en medio del amanecer,
aprecio los tonos más allá de los matices
de un misterio extraño e invisible
que quizá esbozo y no es; el vislumbrar
ese pequeño resquicio de tan pequeña
claridad, que sin embargo despeja
las inmensas sombras y las vuelve diáfanas,
pero sin dejar ver la savia de sus raices que
permanece silenciosa, oculta y callada...

Marcelino Menéndez González

TOCANDO A SU FIN LAS PALABRAS


El tiempo se quedó atrapado
en la telaraña de la memoria,
con la profundidad de las dudas
de palabras que no se dijeron,
y el silencio que lo invadieron.

Si bien el volumen de las palabras
no suplió el vacío, pero habría
que haberlas dicho, con un pulido
y una lisura incomparables, para
que tuvieran sentido con una acción en sí,
con intensidad de pureza.

La distancia lo impidió y esa relación
de hablarnos, decirnos, contarnos
se perdió, como apego que nos unía
sintiéndonos uno al lado del otro,¡mirándonos!
adentrándonos juntos, en el peligro y la
maravilla de emociones inolvidables.

Tiempo y distancia en la que fuimos
perdiendo el matiz de los colores
y sus combinaciones, en una agonía
en la que vimos irse apagando todas las velas,
llegando a su fin nuestras plegarias
rodeadas de silencio...

Marcelino Menéndez González

30 junio 2008

NUNCA SE ACERCO A MI


Quisiera poder adentrarme
en la profundidad de los sentidos
y notar la transcripción del sentimiento
en el momento en que se produce.

Aprender a percibir la realidad
-como el gorrión el alba-,
y es que sólo escucho el toque en la puerta,
y cuando abres…nadie, no ves los ojos
de nadie. pienso entonces y siento
estar donde nadie alcanza a ver,
como si fueran huellas solitarias
del viento en las hojas…

Y en lo oblicuo, como el borde de un cristal,
brilla algo dentro de mí que ignoro y
sin embargo brilla, como si se encendieran
a la vez, los cirios en todos los candelabros
y surgiera de esa luz, una música invisible
que destilara felicidad que se apresurara
hacia su goce, como hermosura que nunca
conocí y como todo lo bello que
resplandece mudo…

Marcelino Menéndez González

LO INEFABLE

Cuando veo reunidas la tristeza y la pena
es, cuando más siento la mía y así,
buscando que doy y que me dan
encuentro, quien era y quien soy.

Y me siento entonces, como un pájaro
marino huérfano sobre las olas, donde
surgen espacios vacíos para la añoranza
del tiempo vivido, segados por la propia
nostalgia y cuyos silencios, hacen más
intolerable la soledad íntima.

¡Ah! si tuviera entonces una nueva oportunidad
para cambiar mis sentíres más internos,
pero cómo, de qué manera, para que pudiera
mostrarse lo inefable…

Marcelino Menéndez González

NADA SE OYÓ


Nada se escuchó…
ni un balbuceo, ni un sollozo,
ni la lágrima deslizándose evasiva,
ni el silencio, ni el adiós…¡todo calló!

Mientras, una sonrisa estaba
construyendo una esperanza pero,
en el azul infinito se diluyó, en ése espacio
en ese vértice donde…tampoco,.¡nada se oyó!

Y lo que sentía y lo que pensaba
con gesto de horizonte donde ya nada queda,
solo el aire…permaneció…

Marcelino Menéndez González

BUSCA EN TI

Guarda tus pensamientos para tus deseos más íntimos.
Aristóteles.

Vamos siendo nuestra propia isla
rodeados de los límites de las aguas,
de nuestro propio mundo…
viéndonos así mismos, como un destino
que no escapa al orden universal.

Quizá buscando lo que nunca fue,
y si fue, es eso que no se dice
y se queda en el borde de las cosas,
en un atisbo de eternidad.

Viviendo el propio cauce
sintiéndolo fluir al rededor tuyo,
ya sea materia o esencia y todo
lo que no se encuentra bajo otra perspectiva,
pero donde tu agua, será siempre mi agua…

Marcelino Menéndez González

29 junio 2008

VÉRTIGOS

Son finos sonidos en el borde del oído
que me hacen oscilar,
son olas que van y vienen
como vida que navega en el columpio
del mar, en un horizonte infinito
de profunda soledad.

Huye la vida buscando otra vida
sin lágrimas, sin conciencia,
huye y no regresa y adquiere la forma del pensamiento
y permanece en el fondo de una transparencia,
con sensación de cristal y brilla,
brilla en el espacio buscando el aliento de
lo desconocido, sin regresos y ausencias, con alas
eternas y luz bajo los párpados, leyendo el mundo
con los ojos abiertos y dejando las sombras,
en los follajes del viento…

Son tenues sensaciones de un final.

Marcelino Menéndez González

04 mayo 2008

SUSPIROS SOLITARIOS

Cuando se crea una leyenda de hechos pasados,
se adorna de un halo místico dibujado siempre
en el horizonte y, en su lontananza nos une
con la otra orilla, como perfil de un sueño inalcanzable.

Parece dibujarnos espacios de colores, en un viaje
por otros mundos, lejos de la memoria como polvo
de algo indefinido, irrumpiendo en el aire
como una mariposa que nos procura, una singular
sensación de grato sosiego y bienestar acompasado
suavemente de una melodía, que nos deleita de
un placer especial y nos acerca por las sinuosidades
de la belleza, inyectándonos el ensueño.

Es en fin, como cuando el árbol se viste de sol,
los rumores callan y en sus ramas basculantes,
los pájaros cantan invadiendo de trinos los silencios...
con un goce sin retener y sin poseer.

Marcelino Menéndez González

SUPUESTO FINAL

Estaba sin fuerza alguna
y de repente sentí que me invadía
un fuerte escalofrío y lo hizo,
acompañado de una sensación
de miedo y soledad intensa;
sabía que algo iba a pasar,
tembloroso lo presentía y llegó...

Se posó en mi suavemente,
sin ruido y de pronto nació
un absoluto silencio y llenándose
todos los espacios de oscuridad total,
vi morir la luz...y no hubo más.
sólo nada y final.

Marcelino Menéndez González

SENSACIONES


Quiero dejarme llevar por las sensaciones;
aquellas que te hacen sentir distinto,
pensar diferente y ser y vibrar,
de forma desigual...

Vivir el continuo instante que viene
tal como surge, aceptándolo sin condiciones
y saber disfrutarlo con intensidad. si es
positivo y afrontarlo con realidad, si es
negativo, pero sin perder el equilibrio
del horizonte emocional y matizándolodel sentimiento adecuado.

Marcelino Menéndez González

PERMANECER


La vida puede resultar en su final
como un páramo en el que, entre
los recuerdos, el polvo y el paso del tiempo,
hemos ido dejando jirones en el camino
y permanecen los surcos sólo sembrados
de añoranzas y recogiendo el fruto
del miedo y las soledades...

Soledades que hieren y desnudan el alma
y en las que, en noches de encuentro con el
vacío de los vacíos, surge un frío que estremece
el cuerpo, que mora sin aliento y sin nombre.

Habitas apenas con señales de vida, exánime,
y con un ruido indefinido, como cuando el pájaro
deja bruscamente la rama y vuela,
y buscas en los silencios algo misterioso
que sigue...y sigue y nunca acaba, hasta que no
llegues a encontrar, lo más puro, lo más solo, lo más nada.

Marcelino Menéndez González

MELODÍA


Como una melodía despertando a las flores
con rayos de luz, en danzas increíbles
de ensueño, iluminando nenúfares de fantasía
y color, entrelazando sus matices
en burbujas de aire exhaladas por peces,
aleteando en un mar de esplendor.

Se despliegan por el espacio
mariposas blancas, amarillas, azules
y tan versátiles, como la cadencia musical
de un vals vienés en el marco de la magnificencia,
deslizándose en artes mágicas, para invadir
todos los espacios de lo inusitado y lo bello.


Marcelino Menéndez González

27 abril 2008

LA SOMBRA DEL TIEMPO

Es una amalgama de sensaciones
todas diferentes, conjugando recuerdos
y momentos que se dispersan y alteran
unos a otros, y de ellos sólo queda el poso
de vacíos y tristezas.

Son momentos lánguidos y algunos gratos
y que te penetran al interior, creando
un hueco en el estómago y un latir distinto;
no importa si sucedieron de mañana, tarde
o noche y sus respectivos color de cielo,
pues tienen en común esa vivencia. de ser
singulares y únicos, habiendo llenado
todos tus sentidos de emoción y sentimiento.

Pero viendo que todo ello a nadie importa,
hace que se incremente tu inconformidad
al tener que soportar de forma solitaria
tu sentir, que se vuelve sórdido, triste y
apesumbrado, en unas circunstancias extrañas
-casi todas- sólo recordando, esa etapa que
ya ha pasado y que no volverá.

Te has vuelto así, sin quererlo, una sombra
del tiempo y de la vida.

Marcelino Menéndez González

INDEFENSO VAHO

A veces la vida no acompasa los tiempos
de forma adecuada, los ralentiza o los acelera
a su albedrío, alterando así tus deseos.

Te hace con ello, vivir sensaciones
como algo que está sin estar y me pregunto
-y no se qué pensar-, ¿qué es lo que me atrae
de sentirme tan distante?...
¿qué es lo que trato de alcanzar?,
¿es infinita esa búsqueda?,
al final, las tardes son demasiado largas...

Marcelino Menéndez González

EXTRAVÍO


En un cielo tan grande, es fácil el extravío
en busca de lo mágico
por descubrir lo no conocido,
y querer hallar la armonía de la forma
y la esencia, cuando la luz se atenúa
en diferentes tonalidades...

Puede ser entonces cuando surja la duda
y el desconcierto, y todas las sinuosidades
de la incertidumbre, sin definirse
ni el color de sus matices, ni el espacio
de sus límites, prevaleciendo así la incógnita.

Marcelino Menéndez González

ESTABLECER ESPACIOS

Cuando lloras quedamente, sin sollozos,
y cuando algo vibra en tu interior
al escrutar los repliegues misteriosos de la mente,
qué necesario es establecer espacios
para crear distancias, frente al trabajo
incesante del destino.

Y ante el viento que flagela ese paisaje
y la fatiga de los pájaros, no dejes
de sentirme con el pensamiento y la gran
complicidad que nos ha unido siempre
para, a mi vez, no dejar de seguir
sintiéndome distinto.

Marcelino Menéndez González

DE INSTANTE EN INSTANTE


Quise iluminar cada rincón
de las innumerables cavernas
de la memoria, para hallar los silencios
largos y serenos, cobijando sueños,
ilusiones y tristezas; y dónde
la sencillez se había escondido.

Encontré entonces la inspiración
hacia los dominios de lo extraordinario,
con el aroma de la aventura y los espacios
sin límite, donde un viaje es un proceso,
un descubrimiento; un viaje es,
la vida misma y la vida es aquí, ahora,
viviendo de instante en instante.

Veo cómo la cera se derrite y se consume
con el calor del pabilo, entre el silencio
de los párpados y el vacío de la sombra;
Y apenas me acerco si digo árbol,
a lo que saben los pájaros y la forma
de estar unidas las hojas sin tocarse,
entonces tuve que amordazar las soledades
reflejadas en el ancho espejo de ésa memoria,
ya que en el fondo, todos somos soledades…

Marcelino Menéndez González

24 marzo 2008

ABSORTO


Quiero dejarme llevar
como luz que penetra de forma inesperada
en la oscuridad y sorprender con su haz
lo imprevisible, como un sueño
inesperado de espacios infinitos.

Permanecer debajo de los alisos, donde
canta la postrera luz de las cigarras
y se guardan las sombras en un azul
que ya no existe, ensimismado como estoy
en un limbo sin fronteras…

Marcelino Menéndez González

A VECES IMAGINO


A veces imagino el juego de la luz
y sombras de los árboles, cuando
se agitan sus ramas y en el bosque
cuando éstos mueren, siento oír la voz
de la madera, -donde se cruza con la
soledad-, como heridas en el tiempo.

También llego a ver la luz, que viaja
sin lazos, sin conciencia, descifrando
sombras y resplandece en silencios
como hogueras en la noche, con un
tono bajo de voz. en medio de la realidad.

Es como el idioma de las cosas,
la verdad en un vacío y el miedo
de los pájaros…

Marcelino Menéndez González

ATRAVESANDO OLVIDO


Un instante sin límites abandonándome
la luz, en una extraña existencia.

La luz se interrumpe y desciende la sombra;
y vuelve a su fruto el silencio y más allá
del silencio, te oigo llorar.

Todo está preso de sentido y ya sólo
acaricio la luz, hasta que llega su cansancio
y vuelve la sombra aún imprecisa,
y la vivencia que pesaba de ese instante,
y esa época plagada de infinito y tú…
te olvidaste de mirarme y yo
aprendí la lectura del silencio, el frío
de límites y el sonido del amanecer…

Marcelino Menéndez González

23 marzo 2008

DESALIENTO


Cuando el desaliento cruza mi cancela,
veo un ancho espacio y un largo tiempo…
e intento andar por caminos
que al final no llegan a ninguna parte.

No oigo voces, sólo la levedad
de un murmullo, y mientras, el vaho viste
el cristal y opaca mi anhelo, que permanece
callado e inasible, en la frialdad de mi ánimo.

Me quedo mirando hacia lo lejos y sólo veo
sombras, que se juntan y hacen juegos
animadas por la luz y me percato entonces
de que pocos escritos hay en mis silencios,
y es que me faltan palabras para avanzar;
y ante el trazo, la tinta, el papel y la frágil
esperanza de hallar ese poema, me pregunto:
-entre silencios, sombras y distancias-…
¿Dónde van los versos íntimos de las rimas sin palabras?
¿Y las crisálidas muertas de las mariposas blancas?


Marcelino Menéndez González

06 enero 2008

TODAS LAS VERDADES


Bajo las desfallecientes estrellas
de la madrugada, agónica el alba
se arropa en su rocío y el emblema
del ánimo surge, como un vapor
de colores de luces brillantes y con una
bocanada de fragancia, en el hálito
de las flores.

Todas las verdades esperan en todas
las cosas, como algo que tiene que
adivinarse, por no poder describirlo
con la diversidad en su superficie
hasta que logre integrarse
en el interior de la autoestima,
impulsando el presente hasta el infinito futuro,
para llegar a comprender que el Universo,
lo constituyen también los perfectos milagros,
y todos ellos profundos…

Marcelino Menéndez González